miércoles, 26 de octubre de 2011

Ausencia neuronal





Lo admito, últimamente soy una neurona desmemoriada y distraída. Si olvido llamaros, algo que me hayáis pedido, etc., no será porque no me importe o con mala intención; simplemente no sé dónde tengo la cabeza, como para saber por dónde anda la neurona. Tendré que poner en el móvil alarmas para todo, que a veces parece que no es suficiente con la lista de tareas para recordar algo. Será la edad...


miércoles, 19 de octubre de 2011

Cortar por lo sano





Aparece un nuevo personaje que para nosotras ya llevaba tiempo pululando por aquí. Os presentamos a Nono, este delfín que no es como los demás. Sí, no intentéis pasar la mano por la pantalla, las líneas no se irán. Estáis ante el primer delfín rallado del mundo. Y es que a veces cuesta dejar de pensar... Sin embargo, con todas sus idas y venidas, al final —o más bien desde el principio— se hace querer.

Y como todos a veces nos podemos rallar un poco, cada uno a nuestra manera, disculpemos la teoría de que algunos lo lleven ya de fábrica.

Any


domingo, 16 de octubre de 2011

ChocolANAte con (mala) leche




Como dice Shakira: «Cuando menos piensas, sale el sol». Pero ten cuidado, que al sol te puedes derretir. Intenta disfrutar también de la lluvia y del frío, tienen su encanto.

Además, con el estrés te sube el porcentaje de cacao y dejas de ser tan dulce... ;)

Ánimo, tabletilla.


domingo, 9 de octubre de 2011

Oficina de turismo





Como en todo, no hay que generalizar, hay turistas y turistas; hay personas y personas; y también hay chusma. Algun@s parecen recién salidos del fondo de un bosque después de haberles cambiado el taparrabos y el hacha de piedra tallada por pantalones cortos, sandalias y gorra. La cámara de fotos es atrezo, en realidad no saben utilizarla, sólo disimulan deslumbrándote con el flash; es una maniobra de distracción para luego acribillarte a preguntas en otro idioma e indignarse cuando no hablas su lengua. Pero la última vez que lo comprobé estaba en España... y en España... ¡Hablamos español! Además, los indignados suelen ser, como siempre, los que menos motivos tienen para quejarse, porque la mayoría tampoco hablan inglés, así que las posibilidades de comunicación y entendimiento se reducen a señas. Y para los que hablan español y quieren saber hasta el número de piedras que tiene la ciudad, tres palabras: OFICINA DE TURISMO.

Por no hablar de las hordas de turistas de autobús y merendero —o césped en su defecto— que utilizan la ciudad como macropapelera...

¿Y esa habilidad para colarse en cualquier parte ignorando puertas cerradas o carteles prohibiendo el paso? Yo creo que es algo como cuando He-Man empuñaba su espada mágica y decía: «¡Por el poder de Grayscull! ¡Yo tengo el poder!». Pero sustituyendo espada por mapa de la ciudad. Aunque tiene que ser algo endémico, porque a mí no me sucede cuando cojo un mapa... Se habrán deslumbrado con el flash de la cámara y no ven la puerta o el cartel...

Y si vives en una ciudad de peregrinación y, para rematar, trabajas en el punto culminante del camino... Huye. Y si no puedes huir, escóndete; aprovecha que los lugares concurridos forman parte de las costumbres predatorias del guiri común y camúflate con la multitud. Y si te ven... ¡utiliza los dientes! Aunque la mejor parte llega cuando, embriagados por la fe, pierden las formas, la educación —los que la tienen— y la razón, e involucionan y mutan hacia el espécimen transicional entre el humano actual y sus antepasados los simios. Si llegan después de la hora de cierre, es evidente que no pueden pasar por muchos kilómetros que hayan recorrido con la mochila llena de fe y por muchos saludos que le envíen a mi familia.

—¡Arderéis en el infierno! —dicen, entre otras lindezas. Bueno, si es así, espero que haya WiFi...