Cansada. De que me infravaloren, de que me engañen, de que mi trabajo valga menos que el de otros, de no ser suficiente, de que insulten mi inteligencia y de negarla, incluso de no aprovecharla, de tragarme las palabras, de llegar a casa y hablar a través de la pantalla del ordenador, del sometimiento gregario, del absurdo existencial, del cuestionamiento permanente, de avergonzarme por sentir, de vivir a través de otros, de pensar tartamudeando y hablar sin pensar, de mi torpeza social, del regusto amargo de buscar algo desesperadamente y nunca encontrarlo...
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